Marte está de moda. Que si la película de Ridley Scott, que si el libro de la película, que si han descubierto agua líquida en Marte, que si Elon Musk quiere terraformarlo a base de petardazos termonucleares, que si el roborcillo ese de las ruedas que tienen ahí arriba nos envía selfies de vez en cuando, que si ya hay fecha prevista para enviar astronautas... o por no hablar del grupito de suicidas que pretenden instalarse allí en unos años como quien se muda al apartamento de Torrevieja... vamos, que parecía que estas cosas eran interés de los cuatro frikazos de siempre y ahora mires donde mires y vayas donde vayas: Marte, Marte, Marte.
Pues para no ser menos, aquí también toca hablar de Marte, pero de un suceso menos conocido que ocurrió probablemente antes de que tú nacieras: en el año 1971, la por entonces Unión Soviética, en sus ansias por ser la primera en todo en lo referente al espacio, consiguió posar con éxito una rudimentaria sonda espacial sobre la superficie marciana, la cual funcionó durante menos de un minuto antes de enmudecer para siempre. La llamaron MARS-3 porque antes de eso los soviéticos lo habían intentado dos veces más (una se perdió en el espacio y la otra se estampó contra el planeta), pero como a la tercera va la vencida, esta vez sí que salió bien y consiguieron sacar una foto desde la superficie que en realidad no fue mas que ruido blanco, o al menos eso es lo que se ve.
Pues bien, tras posarse y sacar la foto, la nave se quedó mudita del todo. Nada. Ni una señal. Ni un hola qué tal. Nada de nada. ¿Qué hizo y qué vio? Ni idea. Y así sigue hasta el día de hoy, sin decir ni pío. Misterio total.
Vamos a suponer que la nave sí dejó de trasmitir pero no dejó de funcionar y de captar imágenes. Además, llevaba un pequeño rover explorador el cual nunca sabremos si llegó a ponerse en marcha o no.
Vayamos más lejos: supongamos que es el año 2038 y el ser humano ya ha puesto pie de sobra en Marte (mucho suponer es eso), y ha decidido visitar aquella nave de años atrás para ver su estado y ver por qué dejó repentinamente de enviar señales...
Bienvenidos a la arqueología espacial. Pasen y vean:
No matinees. No, people don't come to see freaks in the heat of the day, they come in the evening, when the darkness moves in and speaks of mystery, the unknown. When logic loosens its vice grip and the imagination comes out to play. Night allows the stars to shine and we come alive. No, daytime is for kiddie shows, clowns and Kewpie dolls. Maybe that's what you're used to, but you're in a real freak show now, my freak show. —Elsa Mars, AHS: FREAK SHOW
Since its launch in 1977, Voyager 1 has traveled over 11.7 billion miles from its launchpad. That is equivalent to traveling to the moon and back, almost 25,000 times. Almost a light-day distance.
The next big encounter for Voyager 1, in around 40,000 years, is expected to be a dwarf star in the constellation of Camelopardalis.
Maybe then, she will have contact with some extraterrestrial civilization.
Allá por los 90, en los primeros años de carrera, era imposible que no llegara a tus oídos alguna de las leyendas urbanas surgidas del oscuro mundo universitario. Extrañas historias del tipo de alguien que conoce a alguien que ha oído algo, pero que nadie ha visto directamente, y que rozaban casi siempre lo fantástico, pero que eran contadas con la pasión de lo creíble sin importar la certeza de su origen.
Recuerdo cómo se comentaba aquella historia en la que una chica evitó que la atracaran a punta de navaja cuando salía de clase haciéndose pasar por un perro rabioso, logrando con sus ladridos y gruñidos espantar a los atracadores. Cuentan incluso que se metió tanto en el papel que llegó a echar espumarajos por la boca, costándole luego varias horas recuperar el habla y abandonar su condición perruna.
O aquella otra historia en la que un estudiante aparentemente normal enloqueció durante la noche y decidió escribirle una carta a su profesor con sus propias teorías sobre la asignatura que éste le impartía. Nadie sabe muy bien el contenido de aquella carta, pero a los pocos días vinieron a buscarlo para recluirlo en un psiquiátrico y nunca más le dejaron volver a la universidad.
Más terrorífico aún es lo que le sucedió a una estudiante de medicina en su último año: tras aprobar el último examen y terminar la carrera con una nota brillante, decidió justo esa noche perderse por las zonas menos iluminadas del parque para acabar con su propia vida. Fue descubierta al día siguiente totalmente inerte junto a un bote de pastillas completamente vacío. Nadie supo nunca qué le llevó a hacer tal cosa.
Pero sin duda, la historia más extraordinaria que se contaba entre clase y clase era aquella en la que un estudiante de ingeniería, en plenos exámenes finales, recibe una llamada de su madre en mitad de la noche comunicándole la peor de las noticias: su hermano había muerto en un extraño accidente. Al día siguiente el alumno desapareció y nunca más se le volvió a ver por las aulas. Tampoco nadie —ni profesores, compañeros o tutores— supieron nada más de él desde entonces y un halo de misterio envolvió para siempre aquel suceso.
No hace mucho, en una reunión de antiguos alumnos, alguien me contó que le habían contado que alguien sabía lo que realmente ocurrió aquella noche: efectivamente se produjo el terrible accidente en el que murió el hermano, y también que esa noche habló con su madre, salvo que la llamada no la hizo ella: la hizo él...
Ya está creado el cómic en forma de mini-librito de la animación J002E3. Los mini-libros son pequeños libros de seis páginas más portada y portada trasera obtenidos a partir de un solo folio plegado covenientemente.
Se puede descargar de aquí: J002E3 mini book. Las instrucciones para plegarlo son éstas: