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viernes, 17 de febrero de 2006Apariciones marianas
Pos vaya, sería ahora justo cuando me gustaría creer fervientemente en todas esas apariciones marianas que a lo largo de la historia han vertido tantos ríos de tinta y creado legión de seguidores, y aunque lo intento -al menos para entender esa faceta humana-, me es imposible dado mi naturaleza romántico-práctica (no se entiende la palabreja ¿verdad?) que inconscientemente sólo selecciona aquellas cosas que inspiran mi imaginación pero con la garantía mínima que el tiempo revertido dé luego algo provechoso. En otras palabras: nada de quedarse pasmado con el reloj corriendo. Si por un instante al menos el meterme en la piel de los fieles que rezan fervorosamente a supuestas apariciones o peregrinan en masa a los lugares de aparición me inspirara emoción y creatividad pues vale, todo vale llegado el caso, pero por ahora en toda esa devoción no veo más que el trasfondo triste de un suceso desafortunado asociado probablemente a una situación límite en la vida de alguien. No estoy censurando decisiones o estilos de vida personales de otros, ni mucho menos, a más de uno habría que verlo en el pellejo de alguien con serios problemas –como el chiste aquel del superateo que se pone a rezar en el avión cuando el piloto anuncia por megafonía que se van a pegar la gran hostia-, sino sólo lo que ese mundillo de apariciones me suscita desde el punto de vista humano –porque desde luego desde el punto de vista de aparición en si, no me creo ni mu, vamos, aparte de ser un foco de estafadores, trápalas e iluminados con un número de cuenta corriente en continuo incremento-
Tal parrafada no viene porque sí, y a lo que me refiero al principio de que me gustaría creer ahora en todo eso es porque justo a la entrada de mi bloque, lo que podrían ser cuatro ladrillos mal picaos, en realidad es –o parece- la aparición mariana de Lux e Ivy, vamos, los reyes del inframundo psycho-musical aparecidos aquí al lado de mi casa. Lo malo es que cuando le he enseñado al alguien la foto con la explicación incluida no sólo me ha mirado como si estuviera loco sino que además no ha visto nada de nada en los ladrillos, tan sólo ha visto eso: ladrillos, y muy mal rematados, y a lo sumo ha hecho algún comentario sobre los albañiles que qué chapuceros que son etc. Bueno, la imagen en cuestión es ésta: ¿son? ¿no son? yo los veo clarísimamente, a ver si después de todo voy a ser un místico de esos.. Etiquetas: historias Twittear posteado por Vip Vop :
18:20
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4 aprensiones:
jajjaa me hacen mucha gracia tienen una pinta muy ochentera no? a mi recuarda a daniel ash..en love & rockets..!! eva
si! cierto es.. y ella?
una de las bangles !! se escribia a si? las de walk like an egiptian!! parapapapara..bueno en esa onda....jajaja el reflejo de una aventura musical ochentera....jajaja
pos mismamente podría ser.. pero también podría ser la Manoli, la peluquera de mi pueblo que en esos tiempos ella también era megafashion e iba a la moda con los pelos cardados, ella, superguay, la peluquera, con sus taconazos por la noche cantando is de fainal caundaun piripipipíiii.. (sorry,aquí te he copiado jeje)
uff los ochenta, vaya añitos, mucho pa olvidar musicalmente hablando y estéticamente no digamos.
¿qué bandas han dado los ochenta? todas las que me gustan han aparecido (mucho)antes o después.
mamma mía qué desastre..
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